domingo, 27 de septiembre de 2009

al' interno dell' Italia

Varias vueltas dimos por Italia tras nuestra visita a Venecia. Nuestra primera parada fue Maranello, meca de los fanáticos de Ferrari. Yo no estaba incluida en ese grupo, pero disfruté igualmente del paseo por la ciudad, porque el museo no me interesaba y la fábrica no nos permitió entrar.

Continuamos hacia otra meca, pero esta de perfil más espiritual: Asís. Visitamos la basílica de San Francisco y su convento, y algunos del grupo llegaron hasta Santa Clara, pero yo me perdí en la ciudad con sus calles empinadas y su vistas hacia los valles. Los frescos de Giotto hacen que el interior de la basílica sea interesante y colorido (no hay fotos, eran estrictos en eso),pero la verdad es que estaban bastante deteriorados. Una pena…

Bajamos más al sur y terminamos cerca de Sorrento, donde hicimos base en un camping con una hermosa vista al mar, y visitamos Pompeya. Después de ver la Italia barroca en Venecia, la moderna en Maranello y la medieval en Asís, vimos algo de la Italia de los Antiguos Romanos. Daba un poco de impresión ver a las personas momificadas, pero la ciudad tiene cosas en muy buen estado, como pisos y frescos de muchas viviendas. Para terminar la jornada, hicimos playa en la costa amalfitana. Tuvimos la idea de visitar Nápoles, y no niego que me va a quedar la espinita, pero viendo cómo conducen los italianos del sur, desistimos y nos vamos de paseo por el Vesubio. La costa es algo increíble. Ya cerró todo porque la temporada terminó, pero los días son como nuestros días de enero, y el agua es transparente, espectacular.

Los italianos tienen todos el complejo ferrari, es encanta manejar a altas velocidades, los finitos,las curvas cerrdas, y es la ley del nepalí: pasa primero el que más toca bocina. Ya hoy tuvimos un encuentro de frente con un bondi, aunque salimos más favorecidos que en los alpes suizos, ya que esta vez nos tocó estar contra la ladera y no contra el acantilado. Se hacen intentos poniendo espejitos en las esquinas, pero a las velocidades que conducen no bastan.

Y bueno, mañana con mi llegada a Gaeta termina, oficialmente, mi viaje de arquitectura. Cual reality show, soy la primera en abandonar la camioneta. Paso unos días en Gaeta, vuelvo tras seis años, y después me voy a visitar a la familia Caro al norte, en Liguria, antes de seguir viaje una semana más, por mi cuenta. Son otros subviajes dentro de este gran viaje, la semana con las familias, y el regreso sola. Me despido de mis compañeros y de la trafic, pero espero que no de ustedes, porque mi viaje continúa, ya se está acabando, pero queda un poco más.


martes, 22 de septiembre de 2009

Venecia

Tenía altas expectativas de Venecia. Hace 6 años estuve en Italia y por no conseguir alojamiento, me quedé sin conocerla. Por fin, me saqué la espina, y Venecia resultó ser lo que esperaba y más.

Es realmente mágica, y ciertamente, única. Los canales, las callecitas, las pequeñas iglesias, los grandes palacios, y lleno de tiendas y restorancitos puestos con el más fino de los gustos. Obviamente, no pueden faltar las góndolas, con sus gondoleros cantando y tocando el bandoneón, actores que tienen a toda la ciudad como su escenario. Ni qué hablar que me conformé con tomar el vaporetto, no necesito viajar en góndola para contagiarme de la magia de Venecia. Ahora, por suerte Venecia tiene mucha magia que dar, porque en hora pico el vaporetto es comparable con un cutcsa, lleno de gente y con guardas antipáticos. El Gran Canal es tan divino que uno se olvida de todo.

Infaltable, la visita a la isla de Murano para ver la fabricación del famoso vidrio, con los hornos, las piezas de vidrio al rojo vivo (1200ºC, dijeron) y blandas como goma, siendo sopladas a pulmón y formadas a mano.

Y por último, pero no menos importante, la Plaza de San Marcos, con sus centenares de palomas que si vuelan, es bien bajito porque saben que la comida está en el suelo, con los turistas que quieren posar con ellas. San Marcos me recordó mucho a Santa Sofía de Estambul en su interior, dorada, bizantina y algo mezclada con mezquita.

Me voy de Venecia con el mejor de los recuerdos, ciudad hermosa y surreal.

Croacia

No sabía qué esperar de Croacia, no es un destino muy usual, pero quienes fueron y nos lo recomendaron dijeron que valía la pena. Tenían razón, la costa es preciosa, y eso que nos quedamos sólo por Rijeka, no fuimos más al sur. Fueron 3 días de playa, descanso y paseo entre Opatija, pequeño balneario croata, y Rijeka, ya una ciudad más grande.

Los croatas son muy simpáticos y alegres, les gusta recibir turistas y siempre preguntan de dónde venís, son muy cálidos. Parece que hablaran italiano por las vocales largas y el cantito, pero enseguida te das cuenta que no entendés nada! Como anécdota, paseando por un pueblito cercano a Opatija, justo caímos a la salida de un casamiento, en la que toda la familia esperaba en el atrio a los novios, ya cantando con bandoneón, brindando y bailando. Curiosos, nos quedamos alejados con las cámaras para ver a la novia, y los amigos del novio nos terminaron invitando con vino, nos dieron arroz para tirarle a los novios, por supuesto que nos preguntaron de dónde éramos, y cuando se sacaron la foto familiar, gritaron “¡Viva Uruguay!” Esa misma tarde, caminando por Opatija, pasamos por un bar con show en vivo, y cantaron una canción de Natalia Oreiro, que todos acompañamos a coro desde la vereda de enfrente. En un solo fin de semana, Uruguay estuvo bien presente en Croacia.


jueves, 17 de septiembre de 2009

las termas de Vals

Para despedirnos de Suiza, a Carla, a Sole y a mí no se nos ocurrió una mejor manera: ir a las termas de Peter Zumthor, en Vals.

Condujimos hasta ahí... y casi no contamos el cuento! Ibamos por las estrechas carreteras alpinas con sus enclenques barandas, admirando el paisaje y bromeando, por lo cerrado de las curvas, con cómo se parecía a Nepal. No terminamos de hacer las bromas cuando, en una curva, de frente, frenamos a escasos centímetros de un camión svenia color verde con zorra, que nos agarró por sorpresa. Analizando posiciones y tamaños de vehículos, era lo más lógico que maniobráramos nosotros. Eso hicimos, pero estando en un repecho y pesados como estábamos, nos fuimos demasiado para atrás y golpeamos la baranda, de la que tanto nos burlábamos por su apariencia débil, pero que con todo, nos aguantó. Nosotros, que siempre cuidamos no hacer ni un rasguño a nuestra amada renault trafic, no pudimos estar más agradecidos por ese golpe en la puerta trasera. Para colmo, por cada centímetro que retrocedíamos, el camión lo avanzaba,en vez de entender que necesitábamos el espacio para maniobrar. Pasando esa situación límite, más que nunca quisimos ir a relajarnos a las termas!!

Las fotos de las termas de Vals que yo conozco son de un edificio de piedra en las montañas, y con eso esperaba encontrarme. En vez de eso, me encontré con un hotel setentoso que decía tener unas termas en el sexto piso. Tuve que preguntar para estar segura, porque no lo creía, pero sí, era ahí nomás: un puente, una puerta, y es otro mundo, el mundo de las piedras en lasquitas como ví en tantas fotos. Y ahí dentro, otra sorpresa: ¡mucha gente de la generación! No entendemos cómo, con los itinerarios tan diferentes, terminamos el mismo día en el mismo lugar.
Día de relax,de piscina, de sauna... y hasta de experimentos como pasar en un instante de una piscina de 42ºC a una de 14ºC y viceversa! Dicen que hace bien a la circulación... nada como un poco de relax para continuar el viaje. Para mí, es sólo un mes más.

lunes, 14 de septiembre de 2009

entre Francia, Alemania y Suiza

Pasamos varios días en la triple frontera de Francia, Alemania y Suiza, ya que las ditancias son cortas... y Suiza muy caro! Así que mejor fue "hacer base" del lado francés y movernos, con una parada previa por Munich, aunque por poco no coincidimos con su famosa octoberfest. lamentablemente, el itinerario apremia....

De Munich sólo puedo decir que es muy clásica y muy prolija, un poco la idea que me hacia de Berlín antes de descubrir que era moderna y cosmoplita. Munich interactuó conmigo sólo escasas horas, pero es sin duda más clásica, más prolija, más tranquila (supongo que salvo en el octoberfest...), digamos, más monona.

En la frontera alemana fuimos a Weil Am Rhein, que según nuestra guía estaba LLENA de obras de arquitectos de renombre, pero no había rastros de ellas en la guía Michelin... pues bien, resulta que esas obras de arquitectura es prácticamente lo ÚNICO que existe en ese pueblo, y se hicieron todas ahí para crear una suerte de "turismo arquitectónico", todos los que estamos ahí, salvo los que trabajan en las fábricas, son arquitectos o estudiantes queriendo ver las famosas obras, que sólo pueden verse, claro está, con un tour. Marketing a la alemana.

De Suiza conocimos Basilea, linda ciudad con muchas obras, y que nos sorprendió de tardecita con una especie de desfile en el que pasaban camiones con djs,música electrónica y gente que iba tras los camiones. Cada camión se detenía bajo el puente, estaba un rato para despegarse del de adelante, y continuaba con todo su séquito. Había gente joven,disfrazada, mayor, niños... un festival de sábado en la noche en que participa toda la ciudad.

También conocimos Zurich, preciosa ciudad y llena de vida, incluso para ser un domingo de tarde. Nos dedicamos más a pasear que a ver obras, aprovechando la tarde de sol, que tanta falta nos está haciendo. Creo que Europa nos quedó debiendo el verano...

Finalmente, de Francia vimosla capilla de Ronchamps de Le Corbusier, y dimos una vueltita por Mulhouse, lindo pueblo, chiquitito, pero con alguna que otra obra de arquitectos de renombre.

Para despedirnos de Suiza, mañana nos vamos para el lado italiano a Vals, donde están las famosas termas de Peter Zumthor, antes de enfilar hacia Croacia. Piscina y relax antes de meternos, de nuevo, en mucha carretera.


domingo, 13 de septiembre de 2009

Austria

Como capital del imperio Austrohúngaro, me imaginaba a Viena señorial y rococó. Ciertamente tiene un centro histórico que conserva esa imagen, pero Viena es también una ciudad moderna, activa y con movimiento, más de lo que imaginé.

Capaz alguien lee esto y me quiere matar, pero yo no conocía la obra de Hundertwasser, que construye cosas locas y coloridas, y ciertamente muy diferentes a lo que esperaba encontrar en Viena, y me encantó. Lo mejor de esto es ver que aún hay cosas que me toman por sorpresa, y no haber perdido mi capacidad de asombro en este punto del viaje es una excelente señal.

Me impresionó el tamaño del Palacio Imperial, y la cantidad de usos que han sabido darle en la actualidad, entre otras cosas, biblioteca. Como en todas las ciudades de Europa, hay merchandising local, que acá en Austria es Mozart, los violines Stradivarius, el look tirolés, y la empreratriz Sissi. Es raro que alguien de mi generación sepa quién es Sissi, Carla y yo lo sabemos porque nuestras madres nos hicieron ver aquellas viejas películas de Romy Schneider, pero por lo general, el uruguayo de 25 a 30 años de edad no tiene ni idea. En Europa parece que aún tienen vigencia, un hombre que trabajaba en el museo dice que no deja de impactarle la gente que va a Austria sólo por haber seguido en cine la historia de amor de Sissi y Franz Joseph.

Salzburgo es linda, muy linda, entre el río Salzach y las montañas, realmente encantadora, parece hasta de juguete. El merchandising es el mismo, pero claro, con Mozart a la cabeza siendo esta su ciudad natal. Me quedé con ganas de entrar al castillo, que sobresale en la parte más alta de la ciudad, pero bueno, los tiempos no siempre dan para todo, si la vida me da una revancha, lo iré a visitar.

Los autríacos nos cayeron en general muy amables y solícitos, cosa que también sentimos en Berlín, también para mi sopresa. ¡Claro que para mejor! Me llevo un lindo recuerdo de Austria.





lunes, 7 de septiembre de 2009

Praga

Antes de salir de Alemania, hicimos una parada obligada para cualquier estudiante de arquitectura o diseño: vistar la Bauhaus, en Dessau. Lejos de ser la escuela de artes que fue en sus inicios, hoy es una fundación que trabaja diferente, pero siempre para interés de diseñadores y artistas.

República Checa nos recibió con una pobre infraestructura vial, pero con una ciudad hermosa. Praga es realmente linda, una ciudad que se pasea y se disfruta. Si bien hay unas pocas, poquísimas obras modernas de nuestro interés, lo que se ve en Praga es mucha historia, reconstrucción, reforma tras reforma, una forma de arquitectura y urbanismo que en América no puede existir por lo jóvenes que son nuestras ciudades. Y lo mejor es que, a pesar de ser un cambio tras otro, un a reforma tras otra, Praga es en sí una obra redonda e increíblemente uniforme, amalgamando sus mutaciones a la perfección.

Lugar además de mucha producción artesanal, como juguetes de madera o los famosos cristales de Bohemia, de Kafka y Kundera, y como nos dijo nuestra guía, de muchos inventos que siempre se terminaron atribuyendo a otras naciones, aunque vaya uno a saber, porque desde el incio de Praga, todo nació de mitos y leyendas. Sea cierto o no, es más lindo siempre comolo cuentan las leyendas. Y Praga parece, realmente, sacada de un cuento.


martes, 1 de septiembre de 2009

Berlín

No sabía qué esperar de Berlín, pero seguro, la esperaba diferente. La esperaba monumental, clásica y fría, quizás producto de su pasado imperial primero, militar después, y soviético hasta no hace tanto, al menos una parte de ella.

Berlín resultó ser una ciudad a escala humana, moderna y llena de vida. Como conclusiones, saco que evidentemente, subestimé muchísimo la destrucción sufrida en la guerra, porque de lo clásico y lo militar quedó poco y nada, y que los soviéticos estaban para solucionar los problemas de una ciudad ruinosa, no para construir a lo grande.

Siendo así las cosas, al caer el muro Berlín se transformó en una gran hoja en blanco sobre la cual proyectar, todo un desafío urbanístico. La Potsdamer Platz, que con el muro se había convertido en un baldío, es hoy un centro de oficinas y de arquitectura moderna. El Reichstag, del que sólo habían quedado los muros perimetrales, es hoy un edificio hiper moderno en el interior. Berlín se había convertido en una fuente de creación y trabajo para todos los arquitectos y urbanistas, y éstos aprovecharon la oportunidad a manos llenas. Berlín es dinámica, con mucho movimiento y aún en plena creación. No era que esperara poco de una ciudad como Berlín, pero la esperaba diferente, y la realidad, por suerte, ha superado mis expectativas.

Más allá de la realidad actual de Berlín o de cualquier impresión que pueda tener, hay que tomarse el tiempo de asimilar todos los cambios que ha sufrido. Es una ciudad con una historia única, de elegante a destruida, y manzana de la discordia de dos imperios que terminaron, de manera literal, partiéndola al medio. Hoy se habla de sectores este y oeste, pero la ciudad es claramente una sola. Tienen muy asimilada la caída del muro, la unificación, la voluntad de ser uno dentro de su Historia.

Pero por el contrario, cuando se trata de las décadas del régimen nazi, parecen no estar muy seguros de cómo manejarlo. Los símbolos nazis que se han preservado se exhiben con la esvástica semi tapada, como para no negarla pero tampoco para estar de acuerdo. El Bunker de Hitler está prácticamente escondido,salvo por tímidos carteles que no terminan de decir "¡está acá abajo!", y todo así... no han escatimado en reconocer y homenajear a las víctimas de los horrores del régimen, pero a la hora de pensar en un museo de la historia nazi....mmmm.... no sé si temen herir sensibilidades o qué, pero es sin duda una parte de su pasado que no se toca, y si bien es tapar el sol con un dedo, lo tratan como un tabú. Sabemos de qué se trata, pero no hablamos al respecto.

La gente me resultó muy amable, aunque muchos no hablen inglés no dejan de ser simpáticos, o por lo menos corteses. Está todo bien, pero digamos que tampoco sonríen más de lo necesario, son simplemente cordiales.

A nivel personal, además, Berlín es un punto de quiebre. Nicolás se volvió a Montevideo, así que también cierro en esta ciudad una etapa diferente del viaje para mí. Continúo el viaje rumbo a Austria y República Checa, ya me van quedando pocas banderitas para coleccionar...


Polonia

Si bien el precario estado vial de las carreteras polacas no hacía adivinar ninguna diferencia con respecto a sus vecinos ex soviéticos, bastó con entrar a Varsovia para entender que Polonia entró en el capitalismo desde hace más tiempo, o al menos a mayor velocidad.

Grandes comercios, publicidades de películas de Hollywood y ropa de diseñador se ven en la avenida principal, entre construcciones modernas, como si hubieran estado siempre. Y los polacos consumen con total naturalidad, también. Desentonando con toda el área comercial, está el Palacio de la Cultura y la Ciencia, gigante rascacielo traído de otra època, y que, habiendo estado en Moscú, se lo reconoce enseguida como uno de los "caprichos" de Stalin. No estuve, lamentablemente, demasiado tiempo en Varsovia, pero ese gigante es el único edificio en el centro que da la pauta del pasado soviético. Obviamente, al estilo estalinista: no podía ser menos que un edificio gigante.

Caminamos por el ghetto, que hoy por hoy es una zona residencial en crecimiento y conserva sólo algunos vestigios recordatorios, y terminamos en la Plaza Pilsudski , viendo las ruinas del palacio Brühl y que hoy tienen a la tumba del soldado desconocido. Contábamos con un plano de la ciudad muy escueto, y pasamos muy cerca del centro histórico de la ciudad sin saberlo. De haberlo permitido los tiempos, le hubiera dedicado un día más a Varsovia, pero bueno, elviaje debe continuar... esperemos que la vida me de una revancha con Polonia!


Europa del Este

Por temas de tiempos e itinerarios, Europa del Este fue una visita rápida. Comenzamos visitando Tallinn, capital de Estonia. La verdad es muy bonita, el centro histórico me hizo recordar mucho a Brujas, aunque claro, más pobre y descuidado como es lógico pensar. Se podía subir a las murallas para ver mejor la ciudad, y es realmente encantadora.

También paseamos por Riga, capital de Letonia, pero tiene un perfil totalmente diferente. Por ser un puerto, es de relativo interés dentro de lo que es Europa delEste, y se ha invertido en planes urbanísticos e infraestructura notoriamente más que en otras ciudades de la zona. Se ven modernos edificios, instalaciones y grandes puentes. Sin embargo, hay barrios muy degradados, algunos auténticos tugurios. Supongo que los esfuerzos por hacer que Riga crezca como puerto no acompañan a la mejoría de las condiciones generales de vida, aunque, también, el apoyo de la Unión Europea es muy reciente y si hay algo que se aprende en urbanismo, es que no se puede cambiar todo a la vez. Quiero pensar que Riga está en un proceso de mejoría y no en camino a una creciente desigualdad.

Por temas de tiempo, lamentablemente a Lituania la pasé literalmente por arriba, no tuve tiempo de parar a ver nada, es como sino hubiera estado, sólo una frontera más que crucé.

La gente nos resultó un poco fría, pero te miran más suave que los rusos, esos sí que aún sin quererlo, te miran tan duro que da miedo. Otra característica a comentar de estos países es el mal estado de las carreteras, nosotros que las recorrimos durante tantas horas... se supone que la Unión Europea les está dando dinero para arreglarlas, pero las que no están en pleno proceso de arreglos, están simplemente destruidas, llenas de baches y sin doble vía, parecen la más abandonada de las carreteras rurales de Uruguay. Los docentes, que estuvieron por acá hace menos de 10 años dicen que ven cambios y mejoras abismales, así que sólo puedo pensar que soy testigo de las reformas para mejorar, dela etapa intermedia, y que en una década más va a estar aún mejor, y así sucesivamente. Que no se me entienda mal, porque estos lugares de feos no tienen nada, son lindísimos así como están, pero claro, están en plena transformación para "alcanzar" al resto de Europa.

Helsinki

Se puede decir que estuve en Finlandia dos veces, ya que tuve que estar en Helsinki para entrar a Rusia. Lemntablemente, la ciudad no me causó buena impresión, me pareció sobredimensionada para lo vacía que se veía, y la gente tenía pintas raras, no eran tan lindos como los suecos y tienen una onda... mezcla skaters y los jóvenes de Harajuku, en Tokio (gente prácticamente disfrazada, cualquier cosa es sólo volver a ver las fotos de japón).

En vista de que había estado en Helsinki unas pocas horas, esperaba que a mi regreso de Rusia me causara una mejor impresión. Digamos que mejoró, pero no demasiado. para ser justos, tampoco estuve en la ciudad demasiado tiempo esta vez. Me pareció más movida esta vez, menos vacía, pero sigue sin cerrarme. Los jóvenes son todos raros, como había dicho antes, y hay mucho graffiti, como que no tienen nada que ver con sus vecinos escandinavos, prolijos y elegantes. Resulta que nuestros hermanos papeleros tienen una onda más rebelde, desprolija, aunque claro, los que van a Uruguay nos resultan gentlemenen comparación, o quizás sea porque son demasiado rubios y ya nos parecen más civilizados. Lo cierto es que helsinki tiene mucha cultura alternativa y bastante basura, y le falta el encanto de las capitales vecinas con sus canales y castillitos vikingos. La verdad, no me explico el por qué de tanta diferencia, pero bueno, a pesar de llamarse entre ellos hermanos vikingos, la verdad que los finlandeses tienen marcadas diferencias en su manera de ser con los demás, y su ciudad capital es un reflejo de eso.